Descongelar los camarones con un día de antelación en refrigeración.
Preparar un cuenco suficiente con agua, hielo y sal marina (10 g de sal por litro de agua)
Cocer los camarones en agua hirviendo y, justo antes de que hiervan, sacarlos e introducirlos en el agua helada para parar la cocción.
Una vez fríos, pelar y reservar.